En el Palacio de Miraflores, en Caracas, con la fortaleza que siempre lo caracterizó, Hugo Chávez se dirigía a su pueblo y expresaba que este nuevo escenario iba a ser enfrentado con el mismo fervor con el cual enfrentó otros obstáculos, con la diferencia de que aquellos tenían como objetivo a los venezolanos, su estabilidad, su crecimiento, sus derechos y su economía.
En esa alocución, a pesar de la dura noticia que le tocaba dar, Chávez celebraba que Venezuela ya no era la misma de hace 20 ó 50 años, pues se había sembrado la Revolución Bolivariana, un proceso político de inclusión plena y de justicia social que consolidó un liderazgo colectivo que se retrata en los estudiantes, los hombres, las mujeres, la clase obrera, los movimientos populares y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.
"Nuestra respuesta es la unidad. Unidad y más unidad debe ser nuestra divisa (...) Unámonos, decía (Simón) Bolívar, unámonos o la anarquía nos devorará. Sólo la unidad nos falta para completar la obra de nuestra regeneración", exclamó el Presidente aquel 8 de diciembre.
Tras su partida física surgió en el país un escenario complejo, en el cual la fuerza y los valores revolucionarios del pueblo, en ausencia del líder que los había formado, se enfrentaron a la ola de violencia que la extrema derecha venezolana organizó en el país a través de las denominadas guarimbas, con planes violentos financiados desde el extranjero que buscaban derrotar al pueblo venezolano y su Revolución Bolivariana y que cobraron la vida de más de 40 personas.
Ante este escenario, cuya dificultad aumentó después con la activación de una campaña de desestabilización amparada a escala internacional, acciones de guerra económica y mafias de contrabando que extraían hasta 40% de los productos de primera necesidad, el chavismo respondió con unión, con resistencia, y con una consigna de paz que demostró cómo el verbo de Hugo Chávez se mantenía presente en la conciencia revolucionaria del pueblo, a través de un impulso voluntario, necesario, que se tradujo en lealtad.
Este año, el primero sin la presencia física de Chávez, la acción y unidad revolucionaria se expresa en el fortalecimiento del Poder Popular y de las estructuras de participación del Partido Socialista Unido de Venezuela. El pueblo se ha organizado en comunas, en consejos presidenciales de gobierno, en comités, en patrullas, en Círculos de Lucha y en las Unidades de Batalla Bolívar Chávez, expresiones de la unificación y lealtad de las fuerzas chavistas
Acciones de Estado frente a la violencia derechista
La agenda violenta de grupos de ultraderecha fue enfrentada por el Gobierno Nacional y el pueblo chavista con un llamado a la paz. "Vamos a construir una agenda de paz verdadera, cimentada en el desarrollo político y económico del país", expresaba el presidente Nicolás Maduro en abril pasado, cuando el Gobierno convocó la instalación de mesas de diálogo con representantes de la oposición venezolana para resolver las dificultades que enfrentaba el país.
"Creo profundamente en el diálogo para desarrollar, para resolver los problemas. Esta no es una agenda de grupo, de cúpula", explicaba el Presidente en una de las tantas jornadas de ofensiva económica que el Gobierno Bolivariano ha llevado a cabo con el apoyo de efectivos de seguridad, instituciones y el pueblo, entre ellos militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv).
Sin embargo, estos llamados al diálogo fueron acatados en muy pocas ocasiones por la derecha venezolana, y luego ignorados y desestimados, a pesar de que estos representaban la oportunidad de intercambiar opiniones y generar acciones en conjunto para resolver temas prioritarios en el país, aun cuando en 15 años de Revolución Bolivariana la derecha no ha planteado, ni creado, un plan de gobierno pensado para el pueblo, que pueda medirse con el Plan de la Patria propuesto por Hugo Chávez y convertido en ley de la República, tal como fue publicado en la Gaceta Oficial Nº 6118, del 4 de diciembre de 2013.
El asedio continuó y el Gobierno Nacional respondió con más firmeza: con la declaración de la ciudad de Caracas como zona de paz y libre de fascismo, con la instalación de conferencias de paz a las que estuvieron convocados diferentes sectores de la sociedad, con la creación de eventos culturales en los cuales la palabra ha sido vía para el encuentro del pueblo, y con un discurso pacífico que Nicolás Maduro ha mantenido en todos los escenarios posibles —entre ellos el de la Asamblea General de las Naciones Unidas— y que se ha fortalecido a pesar de la violencia y el asesinato del que fueron víctimas este año tres militantes de la revolución: Eliécer Otaiza, Robert Serra y María Herrera.
"Ha valido la pena la lucha. Aquí está el pueblo y la Fuerza Armada, unidos hoy más que nunca en la consolidación de la patria, de la independencia, de la felicidad de nuestro pueblo, derrotando intentonas, derrotando conspiraciones, guarimbas, guerra económica, guerra psicológica, derrotando toda la maldad de quienes desde su egoísmo y mezquindad han estado detrás de las peores causas", expresó recientemente el jefe de Estado.
Es por ello que, en homenaje al comandante Hugo Chávez y a la lucha que durante años llevó por la felicidad de su pueblo, el Gobierno Nacional declara y conmemora el 8 de diciembre como el Día de la Lealtad a Hugo Chávez, una lealtad que ni el tiempo ni las acciones desestabilizadoras de la derecha pueden hacer desfallecer, pues el legado del Comandante prevalece por encima de quien intente quebrantarlo.
"Nuestra respuesta es la unidad. Unidad y más unidad debe ser nuestra divisa (...) Unámonos, decía (Simón) Bolívar, unámonos o la anarquía nos devorará. Sólo la unidad nos falta para completar la obra de nuestra regeneración", como decía el Comandante aquel 8 de diciembre.
Arianne Cuárez AVN
Sin embargo, estos llamados al diálogo fueron acatados en muy pocas ocasiones por la derecha venezolana, y luego ignorados y desestimados, a pesar de que estos representaban la oportunidad de intercambiar opiniones y generar acciones en conjunto para resolver temas prioritarios en el país, aun cuando en 15 años de Revolución Bolivariana la derecha no ha planteado, ni creado, un plan de gobierno pensado para el pueblo, que pueda medirse con el Plan de la Patria propuesto por Hugo Chávez y convertido en ley de la República, tal como fue publicado en la Gaceta Oficial Nº 6118, del 4 de diciembre de 2013.
El asedio continuó y el Gobierno Nacional respondió con más firmeza: con la declaración de la ciudad de Caracas como zona de paz y libre de fascismo, con la instalación de conferencias de paz a las que estuvieron convocados diferentes sectores de la sociedad, con la creación de eventos culturales en los cuales la palabra ha sido vía para el encuentro del pueblo, y con un discurso pacífico que Nicolás Maduro ha mantenido en todos los escenarios posibles —entre ellos el de la Asamblea General de las Naciones Unidas— y que se ha fortalecido a pesar de la violencia y el asesinato del que fueron víctimas este año tres militantes de la revolución: Eliécer Otaiza, Robert Serra y María Herrera.
"Ha valido la pena la lucha. Aquí está el pueblo y la Fuerza Armada, unidos hoy más que nunca en la consolidación de la patria, de la independencia, de la felicidad de nuestro pueblo, derrotando intentonas, derrotando conspiraciones, guarimbas, guerra económica, guerra psicológica, derrotando toda la maldad de quienes desde su egoísmo y mezquindad han estado detrás de las peores causas", expresó recientemente el jefe de Estado.
Es por ello que, en homenaje al comandante Hugo Chávez y a la lucha que durante años llevó por la felicidad de su pueblo, el Gobierno Nacional declara y conmemora el 8 de diciembre como el Día de la Lealtad a Hugo Chávez, una lealtad que ni el tiempo ni las acciones desestabilizadoras de la derecha pueden hacer desfallecer, pues el legado del Comandante prevalece por encima de quien intente quebrantarlo.
"Nuestra respuesta es la unidad. Unidad y más unidad debe ser nuestra divisa (...) Unámonos, decía (Simón) Bolívar, unámonos o la anarquía nos devorará. Sólo la unidad nos falta para completar la obra de nuestra regeneración", como decía el Comandante aquel 8 de diciembre.
Arianne Cuárez AVN
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